No todas comemos de más por la misma razón. Entender esto es una clave muy importante para perder peso, porque recuerda que el truco está en el hábito, no en la dieta.

 

Es algo de lo que hemos hablado antes y espero que lo recuerdes amiga: No vas a bajar de peso castigándote con 2 semanas de dieta, porque simplemente vas a volver a tus hábitos alimenticios.

 

¿ENTONCES QUÉ?

 

Lo que sí funciona es cambiar tus hábitos, recuerda esto bien y nunca dejes que nadie te mienta.

 

Y tal como te lo comenté hace unos momentos, no todas tenemos el hábito por la misma razón. Cuando tú entiendas por qué estás comiendo de más te vas a dar cuenta de tus patrones y entonces podrás romperlos.

 

No podemos solucionar un problema que no sabemos que existe, así que primero a identificar amiga…

 

Esta es una lista de las principales razones por las que comemos de manera excesiva. Trata de ser honesta, estás en un lugar seguro donde nadie te juzgará y recuerda que tú tampoco debes hacerlo, solamente quieres identificarla razón.

 

1-Por compulsión.

Esto es cuando en momentos libres nos encontramos recurriendo al refrigerador, sin que necesariamente tengamos hambre. También ocurre aunque estemos ocupadas, hacemos “escalas” en un minisúper o el refrigerador para conseguir algo que se nos antoje.

 

Solución: Establece tus horarios de comida y no te desvíes de ellos. Si es demasiado difícil porque estás acostumbrada a comer más frecuentemente entonces planea tus snacks. Es mejor comer una barra de proteína que terminar comprando pastelillos.

 

2-Por tener un gran estómago.

Muchas clientas, al igual que a mí me sucedió, vivieron años de sobrealimentación. Esto provoca que el estómago se haga grande y por consecuencia solo sentimos saciedad después de haber comido una gran cantidad de comida que no necesitamos, que termina convirtiéndose en grasa.

 

Solución: Como siempre te recomiendo, es mejor un cambio lento pero seguro. Semana tras semana haz un plan de comer un bocado menos. El propósito es reducir la cantidad de comida que comes.

 

Así es amiga, esto te va a llevar a un estomago más pequeño: Durante 7 días deja el último bocado de tu comida. A la siguiente semana simplemente ya no te sirvas ese bocado y repites lo mismo, dejas el último bocado. Siempre deja el último bocado hasta que estés comiendo porciones normales.

 

3-Por tristeza o tensión.

La vida no siempre es fácil y deshacernos de nuestras angustias tampoco es algo muy sencillo que digamos. Muchas hemos terminado comiendo de más por tristeza o por estrés.

 

Esto sucede porque es una forma de reconfortarnos en momentos donde nos sentimos sobrecargadas de este tipo de sentimientos.

 

Solución: Antes de llevarte algo a la boca toma un respiro hondo y reconoce que estás comiendo por emoción, no por necesitar la comida. Detente y trata de comprender tu emoción, dale una salida que no perjudique tu salud.

 

Es mejor llorar, gritar o golpear una almohada que vivir con sobrepeso. Libera tus emociones en vez de impactar tu salud.

 

4-Por nerviosismo.

Es parecida a la anterior, pero aquí lo que buscamos es distracción. Evitar algún asunto que nos tenga nerviosas.

 

Solución: Te sugiero comprar una pelota anti estrés o un spinner para distraerte en vez de permitir que se afecte tu alimentación.

 

5-Por ira o rencor almacenados.

Las emociones que dirigimos a nosotras mismas pueden ser muy dañinas. Es común que después de haber cometido un error sintamos que debemos “darnos nuestro merecido” y la comida es un método excelente… porque el daño no es muy evidente pero sí muy seguro.

 

Nos castigamos comiendo de más intentando generar catarsis, esperando que en algún momento así pueda irse ese dolor pero esto nunca sucederá. Lo que hay que hacer es romper el patrón…

 

Solución: Si sientes que tienes algún rencor hacia ti misma hazte consciente de que la respuesta no está en lastimarte. No mereces tener sobre peso y no debes aceptar esto como una forma de “castigarte”. Aprende de tus errores para no volver a cometerlos, y sigue adelante sin deseos de castigarte.

 

6-Por antojo.

Comer por puro antojo es muy dañino, porque siempre hay algo que se nos va a antojar. Dulce o salado pensamos en algo delicioso y nos preparamos para comerlo tan pronto como sea posible. Esto nos lleva a sobrealimentarnos de comida chatarra, porque los antojos rara vez son de comida sana.

 

Solución: Dedica un día a la semana a comer algo que se te haya antojado. Por ejemplo, yo lo hacia los sábados en el desayuno y la comida. Lo que hacía era elegir muy bien mis antojos porque a la semana iba a tener solamente dos oportunidades.

 

El resultado es genial porque cambia tu hábito y eventualmente esos antojos desaparecen.

 

7-Por gula.

¿Cuántas veces te has sentido llena pero con las ganas de comerte ese “algo” delicioso? A mí me pasó muchísimo. Yo ya estaba satisfecha y aun así me llevaba comida a la boca por “lo rico que estaba”. Qué mal le hacía a mi cuerpo.

 

Solución: Mantente bien consciente de tu nivel de saciedad. Recuerda bien claro que estar satisfecha no es lo mismo que “llenarte”, cuando te “llenas” estás estirando tu estómago (lee el punto #2 aquí arriba) y convirtiendo más comida en grasa.

 

Cuando estés satisfecha detente y haz que se lleven la comida de inmediato.

 

IDENTIFICA Y CAMBIA.

 

Estas son las razones principales por las que creamos hábitos negativos de alimentación. ¿Me faltó alguna? Déjamelo en los comentarios aquí abajo y con gusto hablaré de ello.

 

Lo importante es que identifiques tu razón y dediques todos tus esfuerzos a romper con ese mecanismo. No permitas que nada te lleve al refrigerador más de lo que necesias.

 

Ana Smith.

¡Ya bajé de peso!

Descarga GRATIS suscribiéndote

Descarga GRATIS suscribiéndote

You have Successfully Subscribed!