¿Qué pasaría si encontraras una forma de hacer que te guste el ejercicio? ¿Te animarías a hacer más para perder peso?
Aunque no siempre nos guste, la verdad es que el ejercicio es una de las mejores herramientas que tenemos para perder peso. Pero en vez de aprovechar sus grandes beneficios la mayoría nos resistimos…
¿Por qué sucede esto? ¿No sería genial si en vez de esto, hacer ejercicio fuer algo que nos diera mucha stasifacción?
Hoy vas a conocer la razón por la que te resistes a hacer ejercicio y al mismo tiempo vas a saber cómo hacer ejercicio para que no te canse ni te fastidie.
La clave está en el concepto que tenemos. ¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en hacer ejercicio? Muy probablemente pienses de inmediato en lo complicado y cansado que es.
Esto es lo que nos pasa a la mayoría. Y encima pensamos que como no siempre tenemos el tiempo de hacer ejercicio no nos va a dar resultado.
Pero ahí es donde está el error, en nuestro concepto de ejercicio. Si estás pensando que de inmediato tienes que ponerte a levantar pesas que no aguantas y acabar rendida casi al punto del desmayo nunca vas a comenzar a hacer ejercicio y tú sabes que lo necesitas amiga. Todas necesitamos hacer ejercicio para estar sanas.
Hacer ejercicio no se trata de eso y menos en las etapas iniciales. No se trata de que te pongas musculosa ni de que te mates en el gimnasio. La clave es activarte.
Activarte y “estirar” cada vez más tu actividad física, o sea, ir haciendo lo que tu cuerpo puede y necesita. ¿Te parece bien?
A mis alumnas me gusta darles el ejemplo de la elasticidad.
Hubo un tiempo donde mi cuerpo no era elástico, para nada, cero. No podía ni tocarme la punta de los dedos de los pies. Cuando lo intentaba a veces me daba la obsesión de lograrlo.
¿Por qué no iba a poder? Me lo tomaba personal y me estiraba al máximo, aunque me doliera, con tal de llegar a las puntas de mis pies. El resultado era muy malo.
Me lastimaba los ligamentos y tendones y el día siguiente de intentarlo me dolían mucho las piernas. Por fortuna no era grave, no pasaba de un simple dolor, pero lo que quiero que entiendas es que yo estaba mal al hacer las cosas de esa forma amiga…
Mi mente estaba configurada para pensar en el resultado inmediato, lo más rápido posible y por eso me extralimitaba, hacia algo que no debía hacer y además de acabar lastimada, no lograba ningún efecto real, porque no me hacía más elástica. Nunca pensaba en el largo plazo.
En cambio mi progreso fue contundente cuando comencé a hacer Yoga, porque poco a poco, estirando cada vez más, logré hacerme más flexible. Eso sí fue permanente pero no tuve que lastimarme para lograrlo.
¿Entiendes a qué me refiero amiga? Si un día tratas de comerte el mundo no vas a lograr nada bueno. Si quieres ir al gimnasio con tu concepto de matarte del cansancio algo malo va a pasar y no vas a tener el resultado que quieres. Debes comenzar a pensar en el largo plazo, en el cambio permanente.
Y no te estoy diciendo que no hagas nada para cambiar, al contrario, haz lo que es efectivo.
Haz esfuerzo, sí. Saca a tu cuerpo de su zona de confort, sí. Pero hazlo paulatinamente. Esa es la clave para romper tus límites. Esta es la clave para que comiences a disfrutar del ejercicio.
¿Comprendes este punto medio amiga?
Es cierto cuando dicen que si no duele no sirve, pero que no duela tanto como para que no puedas seguir.
Impúlsate a hacer ejercicio hasta cuando comience a ser incómodo. Aguanta un poco ahí, exígete y termina.
Aunque obviamente no buscamos convertirnos en fisiculturistas, esto me sirve para darme ánimos cuando quiero tirar la toalla y no hacer ejercicio: Para crear nuevas fibras musculares debes romperlas primero. Es en la regeneración donde se crea nuevo músculo.
Si no sabes por dónde empezar, aquí te dejo una guía rápida de ejercicio. Desde lo más fundamental y cómodo, hasta las etapas más avanzadas.
Déjame tus comentarios y cualquier duda o sugerencia de tema que quieras que cubra.