Contestando una pregunta que me hicieron recientemente, quiero comentar que debemos enfocarnos en el consumo de los nutrientes y las funciones que desempeñan dentro de nuestro organismo, asi, simple y claramente:

La alimentación y los hábitos alimentarios mantienen una clara relación con la salud. 

Cada estudio, cada investigación, nos reafirma que la idea de que la dieta más adecuada es aquella que tiene en cuenta todas las condiciones que nos caracterizan como personas educadas en una cultura determinada, con hábitos alimenticios concretos, gustos, estado de salud, costumbres e ideales, actividad física y estilos de vida diferentes. Por ejemplo,  la Universidad de Indiana, en Pennsylvania, desarrolla estudios de nutrición enfocados en hábitos alimenticios en comunidades para determinar como ayudar de mejor manera a las personas de ciertas areas  a alcanzar la dieta mas sana y adecuada. En Mexico somos muy afortunados de contar con el prestigiado Instituto de Ciencias Medicas y Nutrición Salvador Zubirán, en Tlalpan, Ciudad de Mexico, ofrece excelentes conferencias gratuitas para ayudar a educar a las personas, y orientarlas en cuanto a la mejor alimentación y nutrición. Seguramente hay programas interesantes para ti en tu comunidad.

No existe una dieta ideal que sirva para todo el mundo, pero sí un criterio universal en cuanto al tipo de alimentos que deben consumirse dentro de la dieta cotidiana, lo que por un lado garantiza que se cubren las necesidades energéticas y nutritivas de la totalidad de las personas que componen una población sana, y por otro, colabora en la prevención de excesos y de  ciertas alteraciones y enfermedades relacionadas con desequilibrios alimentarios.

Una alimentación correcta, variada y completa, una dieta equilibrada cuyo modelo más reconocido es la dieta mediterránea, permite por un lado que nuestro cuerpo funcione con normalidad (que cubra nuestras necesidades biológicas básicas -necesitamos comer para poder vivir-) y por otro, previene o al menos reduce el riesgo de padecer obesidad y alteraciones o enfermedades a corto y largo plazo. Basta con recordar el impacto que tienen en nuestra sociedad las llamadas “enfermedades de la civilización”: hipertensión, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos de la conducta alimentaria e incluso ciertos tipos de cáncer se relacionan con una alimentación desequilibrada. La alimentación y nutrición sí suponen dos de los factores que contribuyen a aumentar el riesgo de la aparición y el desarrollo de esas enfermedades. 

Por tanto, solo si pretendemos enganarnos podríamos seguir comiendo en exceso, y mal, a sabiendas que eso es completamente perjudicial. Escríbeme un correo con tus dudas :)

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